Marco Masini a Il Corriere Della Sera: «No soy el profeta de la angustia juvenil».
«La ribollita -explica un Masini acalorado- se come así: un puñado de cebollas rojas a la sal, nos las metemos en la boca y añadimos una cucharada de ribollita. Está claro, ¿no?». Estamos delante del hotel Sheraton, cerca del sur de Florencia, a tiro de piedra de la casa de Masini en Settignano. Marco acaba de regresar de Bologna, donde ha rodado el videoclip de Vaffanculo (y en el cual acaba en calzoncillos y lleno...