Non è vero che l’amore cambia il mondo será el segundo sencillo extraído de Cronologia.

Una afirmación a contracorriente: así podría describirse Non è vero che l’amore cambia il mondo, segunda pista de Cronologia y segundo sencillo extraído del nuevo álbum de Marco Masini.
Una afirmación que tiene un significado particular: «En esta canción canto que ese amor que no te ha cambiado ni siquiera a ti no puede hacer que cambie el mundo. Es así porque frecuentemente tenemos una idea del amor que no es la más pura. En síntesis: se tiende a la búsqueda del amor que querríamos que existiera, de manera idealizada, y este tipo de amor -a mi parecer- no puede cambiar el mundo. Además, ese tipo de amor con un egoísmo tan grande no debe ser el amor verdadero que deberíamos buscar». El cantautor toscano añade: «el mundo se cambia sólo cambiándose a si mismo. No creo que se pueda pretender que el mundo cambie permaneciendo sentados mirando el mundo mientras cambia».
Masini -sexto en la vigente edición del Festival de Sanremo con Che giorno è– nos habla del momento presente: «hoy es un día en que es necesario tener ganas de vivir y que no se puede pensar en absoluto que algo o alguien nos va a hacer renunciar a nuestro momento. La vida obviamente nos regala momentos bellísimos y momentos dolorosos pero depende de nosotros saber afrontarla, ir hacia ella, sin esperarla sentados en el sofá».
Masini profundiza: «hoy también es un día que refleja exactamente lo que estoy viviendo tras 25 años de música y de vida contada a través de la música. La música, de hecho, puede cambiar también en un solo día. Fíjate por ejemplo cuando aterriza un grupo que te desordena todos los parámetros conocidos. Así me sucedió con Coldplay, al que considero el grupo más innovador de los últimos años porque han conseguido estar en el candelero con una música muy simple pero con sonidos completamente diferentes a aquellos que solemos escuchar. Cuando se produce un cambio así de drástico, todo se queda anclado en el pasado, se vuelve prehistórico».
«La música es así y cambia de acuerdo a la sociedad, a las costumbre, a los usos de la gente y -recalca Masini- al consumismo atómico que nos impide saborear los proyectos ya realizados. Porque aquello que escribimos en el pasado -a mi parecer- sigue siendo actual, porque el mundo sigue igual que hace 20 años, víctima de si mismo, pero al mismo tiempo no es moderno porque los parámetros son distintos. La temática es la misma pero se lee y se escribe de manera diferente. El lenguaje es diferente y, de igual manera, la música. Las nuevas generaciones, por ejemplo, viven los mismos miedos que vivíamos nosotros y quizás se sienten menos vacíos que aquella generación de los años ’90 pero buscan en la música un lenguaje más ajustado a ellos, más apropiado».
«Sin embargo, para nosotros que venimos de un tiempo pasado, credo que es mucho más difícil adaptarnos y conseguir hablar a los jóvenes. Es un propósito que nos estamos proponiendo la vieja guardia. En Sanremo, por ejemplo, encontré grandes estímulos en tratar de estar cerca de aquellos que quizá tienen menos historia que yo, pero que tienen más velocidad, más energía, más gasolina en el motor, que son chicos de reality que tienen una popularidad increíble». Popularidad también de Marco, que subraya la importancia de los votos recibidos a través del televoto, sorprendido al superar ampliamente a cantantes con tirón como Moreno: «El jurado es importante pero también es muy importante lograr estar cerca de cantantes populares de reality porque el veredicto del público es más auténtico».
Más allá de proyectos e ideas, Marco Masini tiene un pequeño sueño escondido, un deseo que podría concretarse en pocos años: «Amo la música y me gustaría también poder echar una mano a aquel que quiere estar preparado ante un eventual éxito. Querría poder abrir un centro, trabajar junto a un equipo de muchachos, continuar el legado de grandes productores como Migliacci, Mogol, Bigazzi o Cecchetto. Los productores -de hecho- están extinguiéndose, ya que las casas discográficas confían en los propios arreglistas para producir a un nuevo cantante, y en ocasiones el siguiente trabajo discográfico viene confiado a otro arreglista».
«Por tanto, ya no existe la figura del productor que cogía de la mano a un joven y lo llevaba hasta el Festival de Sanremo o a otros palcos importantes. Por eso quiero construir un equipo que prepare a los cantantes más jóvenes a cantar delante de la gente con un mínimo de preparación. Podría ser un estímulo para aquellos que llevan tantos años en la música como yo o para tantos chicos que trabajan detrás del escenario y que les puede servir de estímulo para amar aún más su profesión».
«Las casas discográficas podrían mandárnoslos para prepararlos, una especie de pretemporada, trabajando en el estudio, sobre el palco, hacerles saber qué es un click, que es una pista, cómo reacciona el público ante ciertas opiniones, porque la música es comunicación, no es tan solo cantar y mostrarse, se trata de comunicar con las emociones y las emociones se comunican con una mirada, con una palabra».
«Quien decide convertirse en artista debe estar listo para afrontar las situaciones más difíciles. Y quien aterriza hoy en el mundo de la música puede estar menos preparado que quien aterrizó en el pasado e hizo grandes sacrificios para lograr llevar una canción al éxito. Pienso que el secreto -sentencia Masini- se encuentra en la producción».
Cronología es un buen disco recopilatorio, con inéditos realmente sorprendentes.