Masini a La Repubblica: «Soy instintivo como los monos».
Tras el concierto de fin de año en la Piazza Venezia con Alex Britti, Laura Pausini y Luca Carboni y que aglutinó a más de cuatrocientas mil personas, Marco Masini -con barba y pelo blanco platino- regresa a Roma para dar el pistoletazo de salida a la gira promocional de su último álbum: Scimmie. «Soy un músico melódico pero ahora me apetecen los arreglos secos y directos, más rock y menos plástico» -explicó Masini ayer en Roma-. «Ahora decido yo en todo, a costa de vender «sólo» 100 mil copias del álbum (hasta ahora) y de pasar poco por televisión. Por ejemplo, no iré a «Domenica in».
Un Masini que ya tuvo un pequeño encontronazo en Roma con un fotógrafo varios meses atrás. Masini se encontraba presentando Scimmie a la prensa en la Taverna Flavia. Él lo explica:
Jamás habría imaginado que durante una rueda de prensa pudiera suceder una cosa parecida. Me encuentro rodeado y besuqueado por algunas chicas que se presentaron como fans mías. Un fotógrafo comienza a tirar fotos y continúa incluso cuando las chicas ya se estaban pasando. Me enfado y le pido el carrete al paparazzo, ¡qué diantres! ¿Por qué hacer este tipo de cosas? Quizás habría aceptado si me dice claramente: «Venga, Marco, vamos a hacer un reportaje divertido, de humor para la prensa rosa». Claro, con la condicción de poder elegir una chica guapa como, por ejemplo, Anna Falchi.
En cambio, acabó a tortazos…
Casi, no hubo tortazos. Alguno escribió que amenacé al fotógrafo con que le visitarían los ultras de la Fiorentina. Una interpretación muy fantasiosa de mis palabras. Al fotógrafo le dije: «ten cuidado, que no soy un flojo, que he estado diez años con los ultras de la Fiore», que signifca: «me sé defender bien yo solo», justo lo contrario que han contado.
Usted advierte no ser un flojo: ¿cómo se define?
Instintivo, irracional, como los monos. Esto no significa ser malo, como me han tachado muchas veces: pero sí que es cierto que me aburre tener una bonita sonrisa de circunstancia para cada ocasión. Por esta razón no he ido a «Domenica in», porque veo inútil tocar una canción como Scimmie entre el mago Merlín y otra cosa parecida. Para mostrarme, para dar a conocer mi música, la televisión funciona cada vez peor. Con algunas excepciones: «Night Express», «Taratatà», «Help», «Roxy Bar» y el «Costanzo show».
El nuevo disco marca un rumbo rock para Marco Masini. ¿El directo será también así?
El mío es un rock bastante melódico. Tiene muy buena melodía aunque los arreglos son muy importantes. Lo que confeccionaba con Bigazzi, mi viejo productor, ahora no vale para mí: es el momento de bucear en mi instinto, es decir, en el rock de los años ’70, desde Pfm a Led Zeppelin y los Eagles, que escuchaba en los garajes. Es un poco el mismo mecanismo que ha sucedido con Raf: lo conozco desde que tocaba en los pequeños bares con los Cafè Caracas. El directo tendrá una escenografía de calle metropolitana donde repondré algunos temas clásicos en clave rock como Cenerentola innamorata, Fuori di qui o Dentro di me fuori dal mondo. De todos modos, el concierto está obviamente basado en los temas de Scimmie, donde las mezclas de ordenador y los artificios varios no existen.
¿Esta ruptura con el pasado coincide con un cambio en su vida personal?
Durante estos cuatro años me he enamorado y me han dejado. Vivía en casa con mi hermana y su marido, hasta que ella tuvo un hijo y decidió marcharse. Seguramente tuviera que ver que tengo la costumbre de tocar instrumentos cuando vuelvo a las cinco de la mañana. Al final, cambié de casa yo también.
Fuente: Pietro D’Ottavio – La Repubblica