Marco Masini a Spettakolo.it: «Nunca he tratado de buscar el consenso del público».
Tras participar en el pasado Festival de Sanremo con la canción Spostato di un secondo y la publicación del álbum homónimo, Marco Masini se encuentra de gira ininterrumpida desde finales de abril, primero en teatros y en la actualidad en espacios abiertos, mostrando las canciones de su último trabajo discográfico, junto a los grandes éxitos de una carrera que se acerca a los treinta años. El portal online Spettakolo.it ha podido charlar con el cantautor florentino, que ha hablado de su gira, de su último trabajo y de su momento actual.
Este disco tiene un sonido un poco desconcertante para aquellos que han seguido tu trayectoria, escuchando otro tipo de melodías en tus trabajos precedentes. ¿A qué se debe este cambio radical hacia el electropop?
Más que cambio radical, es un regreso a mis orígenes de los años ochenta. En mis comienzos, la música electrónica era todo un descubrimiento y traté de hacer algo que me divirtiera desde el punto de vista musical, porque yo soy un músico y porque quería acompañar a ciertos conceptos, cierta sonoridad. No obstante, no se trata de nada definitivo, es decir, que mañana mismo podría volver a probar un sonido más acústico, más lento o más rock. Todo depende del momento que vives, de las cosas por las que estás pasando y por lo que quieras hacer. Nunca he tratado de seguir parámetros estrictamente comerciales para buscar el consenso y el agrado de la gente sino que siempre he contado lo que sentía en ese preciso momento y lo he hecho independientemente de las leyes del mercado.
Has dicho que quizás mañana podrías querer volver a tu sonoridad habitual. ¿Es por eso que las dos últimas canciones de tu último disco, La vita comincia y Una lettera a chi sarò, tienen un cierto aire a tu sonido clásico?
No es exactamente un sonido clásico sino que se trata de canciones más acústicas. El acompañamiento de la canciones puede variar de mil maneras. La vita comincia podría haber tenido un acompañamiento más electrónico pero decidí elegir este tipo de sonido que considero que se sigue escuchando actualmente. He querido divertirme con la electrónica pero en algunas canciones he preferido una atmósfera más acústica, más cálida, tratando de hacer un disco que aglutinara ambas cosas.
¿Cómo surgió la elección de Diego Calvetti para la producción de este álbum?
Digamos que éramos casi vecinos y decidimos colaborar juntos en este álbum. Me ha enseñado muchas cosas, en todos los aspectos, y me ha permitido explorar y descubrir el uso actual de la música electrónica con respecto a los años ochenta y noventa, por lo que creo que he aprendido mucho a su lado en la manera de hacer música actual.
Me ha sorprendido el concepto que hay detrás de Una lettera a chi sarò. ¿Por qué, precisamente ahora, con 53 años, quieres escribir una carta a tu yo futuro de los próximos 15 o 20 años? ¿Qué legado te darías?
Me daría instrucciones acerca de los errores cometidos, sobre los que no se deben cometer y, siguiendo un poco la idea conceptual del disco, así poder anticiparse con ese segundo que te da la lucidez y la frialdad a la hora de tomar una decisión. Sería una especie de recordatorio, como una alarma que suena y te advierte: con esas instrucciones de hoy, cuando aún eres lúcido y tienes una conciencia de cincuenta años y pueden servirte el día de mañana, permitiéndote concentrarte mejor antes de realizar cualquier tipo de acción y emprender cualquier tipo de camino.
Hablando precisamente de la relación entre diferentes edades y tomando como ejemplo una de tus canciones símbolo, ¿con la edad que tienes y la madurez y experiencias adquiridas a lo largo de estos años, tu concepción de libertad sigue siendo la misma que tenías cuando escribiste La libertà o con la madurez has cambiado de punto de vista?
La clave es que de forma continua cambian los parámetros de vida y automáticamente cambia también tu punto de vista: obviamente siempre queda un tipo de coherencia en la idea, pues es la esencia de lo que eres, pero con frecuencia debes variar este punto de vista ya que, si no, te arriesgas a acostumbrarte y a convertirte en un fósil de una realidad que ya no existe. La libertad forma parte de esto: es un valor muy importante que debe permanecer aunque adaptado a diferentes formas, de acuerdo a la evolución personal que estés viviendo.
He leído en otra entrevista que, a medida que vamos creciendo y madurando, van aumentando los reproches del pasado. Sin embargo, escuchando y estableciendo una comparación entre este nuevo disco y tus trabajos anteriores, encuentro muchos menos reproches. Me ha resultado paradójico.
Bueno, en Tu non esisti quizás es así como dices, hay amargura pero la reacción es diferente, algo que considero normal: cuando tienes quince años y te roban el balón, reaccionas de una forma de la cual no reaccionarías con cuarenta. La diferencia radica en la conciencia adquirida acerca de lo que puede darte la vida y cómo puedes explotarla: cuando crecemos, cambiamos; cuando cambiamos, hablamos y cantamos de manera diferente. Si no fuera así, no maduraríamos ni creceríamos.
¿Entonces, hay canciones del pasado que cantas con otra conciencia personal? Por ejemplo, quizás cantas Vaffanculo de manera diferente con cincuenta años que con treinta…
A veces una canción tiene un valor importante por el momento específico en que fue escrita, mientras que hoy la puedo interpretar de un modo diferente ya que aquel periodo cambió pero la idea conceptual sigue siendo actual. Creo que muchas de las historias que he contado pueden reflejarse en la actualidad sin ser anacrónicas. Podrían ser consideradas así desde un punto de vista del lenguaje, del sonido o de los arreglos pero la idea conceptual creo que sigue siendo actual.
Hablando de conciertos, esta gira lleva bastantes meses recorriendo la geografía italiana, primero en teatros y ahora en espacios abiertos, alcanzando un gran éxito de público.
Estoy contento por la acogida recibida y especialmente por el hecho de que cada concierto es siempre algo que compartir: poder compartir un día nuevo, una emoción inédita, con un público que siempre es nuevo, porque veo que el público va renovándose y esto me permite confrontarme con personas de diferentes edades y con momentos de vida diferentes. Esta creo que es la mayor satisfacción que puede tener un compositor de música con una trayectoria de más de veinticinco años. Es el motivo principal por el que aun me divierto en las giras de conciertos, por el que aún disfruto contando mis historias de siempre y experimento con sonidos diferentes, con parámetros diferentes, sintiendo un gran entusiasmo.
¿Este nuevo sonido ha contagiado también los arreglos de tus grandes éxitos?
Las canciones tendrán una atmósfera que reflejará de un modo absoluto la emoción, no te quepa duda. El tema de los arreglos es algo que me gusta hasta cierto punto, porque aunque quisieras, no podrías volver a hacer esas canciones con sonidos de los años noventa porque ese tipo de instrumento ya no existe. Es como si quisieras hacer una llamada con un teléfono de rueda: no puedes hacerlo porque ya no existe ese tipo de teléfono pero puedes llamar con otro modelo. Por tanto, la idea es esa: la llamada la puedes hacer igual pero con otros instrumentos.
Fuente: Spettakolo.it – Andrea Giovannetti