Scimmie: el Masini impredecible.

De lamentaciones melancólicas a algo totalmente diferente e impredecible. Que Masini hasta ahora había mostrado una imagen de sí mismo bastante reconocible es indudable. En su propuesta artística estaban presentes elementos en donde historias de amor y palabrotas convivían en un género musical típicamente italiano. Su trayectoria no hacía presagiar en absoluto un cambio total de rumbo con dirección hacia atmósferas y sonidos musicales más duros, más orientados al pop-rock.
Y es que Scimmie representa un cambio radical en donde las atormentadas historias de amor dejan espacio a temáticas rabiosas, a reivindicaciones de autonomía ideológica y moral o a la exigencia de un comportamiento instintivo. Sexo y alma son las cuestiones más recurridas y que indican que el camino a seguir sea aquel en el que prevalecen los dos extremos materiales y espirituales, sin soluciones intermedias.
Musicalmente hablando, esta especie de «insurrección» encuentra un buen punto de apoyo en una sonoridad a camino entre el rock de ayer y de hoy: guitarras distorsionadas, riffs y coros. De todos modos, el disco parece dividirse en dos partes: las primeras siete canciones se emparejan de manera coherente con lo afirmado hasta ahora, mientras que las tres restantes pueden encuadrarse en sonoridades más melódicas.
Scimmie es el resultado de la asociación artística entre Marco Masini y Mario Manzani -ambos partícipes de la composición, producción, realización y arreglos del disco-; sin olvidar a Beppe Dati en la elaboración de las letras.
Fuente: Vitaliano Della Penna – Musicaitaliana.com