Masini a Musicaitaliana.com: “La Bmg no ha cumplido con sus obligaciones, me ha abandonado».
Marco Masini emprende su enésima batalla, esta vez contra la BMG Ricordi. El artista toscano señala a su propia casa discográfica, a la cual reclama la ruptura del contrato y una indemnización de más de un millón de euros. MusicaItaliana.com sigue de cerca los acontecimientos y se pregunta acerca de los porqués de esta historia tan turbulenta.
Acusas a la Bmg Ricordi de incumplimiento contractual, ¿por qué este enfrentamiento con la que es tu casa discográfica?
La Bmg no ha respetado sus obligaciones promocionales y no me ha protegido ante los medios de comunicación. Yo creo que cada uno debe cumplir con sus obligaciones: mi deber es escribir canciones, su deber es promoverlas, distribuirlas y proteger la imagen del artista; porque, hoy en día en Italia, no se venden sólo los discos con las canciones sino también con la imagen. Se sabe perfectamente que un cantante puede hacer un disco no tan bueno pero que puede llegar a vender lo mismo porque tiene credibilidad como artista. Esto es algo importante, que la casa discográfica debe hacer para no tener que lamentarse después. Si en un principio hubieran tomado partido, las cosas serían muy diferentes. Hablamos de una casa discográfica muy potente, muy fuerte y muy competente, por tanto -en mi opinión- debe hacer valer su fuerza. La casa discográfica tiene el deber de proteger la imagen del artista.
¿De qué manera debería haberte protegido?
No lo sé, hablamos de cosas específicas; pero una casa discográfica sabe perfectamente cómo debe defender a un artista al que está ligado contractualmente.
¿Dices -por tanto- que si hubieran querido, habrían podido?
No me cabe la menor duda. Yo creo que, en el momento en el que cedes en exclusiva tu imagen, si quieren la defienden. Repito: no sé de qué manera, porque yo no soy ni la Bmg ni un despacho de abogados. Yo sólo defiendo mi imagen.
¿La denuncia ya se ha interpuesto?
Sí, y estoy seguro de querer llegar hasta el fondo de este asunto porque me siento tranquilo y feliz, como todas las veces que emprendo una batalla en la que sé que tengo la razón y la conciencia limpia. Me siento feliz y no me echaré para atrás de ninguna manera, porque sé que, al final, habrá una sentencia en que la verdad se hará valer.
Se trata de una batalla más…
Sí, este pleito forma parte de la batalla para conseguir ganar una guerra personal, para valorarme y sentirme realmente contento del trabajo que he hecho hasta ahora.
El abandono por parte de la Bmg, en tu opinión, habría llevado a una fuerte contracción en las ventas. Haciendo de abogado del diablo, te pregunto: ¿qué beneficio sacaría tu casa discográfica haciendo que vendas menos?
A esta pregunta no puedo responder porque existe una razón específica de la cual no puedo hablar públicamente. Yo no sé cuál sería el objetivo pero es posible que la razón fuera invertir menos para ganar más. Ellos han invertido poco en comparación con lo que deberían haber invertido. Para hacer saber al público que un disco sale a la venta, debes gastar en anuncios radiofónicos y televisivos, debes invertir en poner al artista en marquesinas, organizar encuentros, tener relaciones con los periódicos, comprar páginas en revistas especializadas. Yo me refiero a esto, a que no han invertido lo suficiente, algo que -en mi opinión y en la de mis abogados- debían hacer. No hablo sólo a nivel nacional, también a nivel internacional, ya que en el extranjero había tenido cifras en ventas nada desdeñables, casi medio millón de copias. Por tanto, me parece justo que si el contrato tenía que continuar… es más, si se hubiera mantenido esta colaboración, habría ido todavía a peor, por lo que me parece necesario interrumpir esta relación, porque no existen las bases ni el interés para seguir adelante con este proyecto los dos.
¿Piensas que la Bmg no ha creído en ti?
No lo sé. Yo he notado totalmente una renuncia a exponerme, a invertir, a creer en mi potencial como artista. La realidad es que no han querido arriesgar conmigo y el riesgo forma parte de los negocios, en el sentido de que si tú quieres ganar, debes invertir. Mi deber es el de escribir canciones y cantarlas donde me manda la discográfica, cosa que yo siempre he hecho. Su deber es el de promover el disco e invertir en el producto a través de espacios promocionales, por lo que le concierne de manera absoluta la obligación a promover y proteger lo máximo posible al artista. Yo tengo que decir que la Bmg Ricordi, con toda la fuerza que tiene, con toda la potencia que tiene, con su profesionalidad, con su perfección, -porque la considero una de las más poderosas si no la casa discográfica más poderosa del mundo- no ha colaborado en absoluto con el proyecto Masini.
¿Consideras que tienes algún tipo de responsabilidad en esto último?
Yo tengo parte de responsabilidad por haber realizado en 1998 un disco muy diferente a lo que la gente esperaba. Pero precisamente, si distribuyes un disco diferente, debes darle mayor soporte al artista, si es que crees en él. Yo jamás he tomado decisiones por mi cuenta: ellos me obligan por contrato a publicar un álbum y yo siempre he tratado de confrontar con ellos, por tanto, no he impuesto nunca nada. Siempre he sido una persona que ha buscado participar con sus colaboradores, por lo que no puedo tolerar esta dejadez, esta superficialidad, cuando existen unos objetivos y deberes bien marcados.
La cifra que demanda sobrepasa el millón de euros. ¿Lo ha decidido tu abogado?
Sí, las cuestiones legales las toma él, es decir, él gestiona la demanda. En cuanto a mí, estoy tranquilo escribiendo canciones para mí mismo. Nadie me desenamorará de este trabajo, de esta pasión, aunque ya no sea mi profesión.
Y ahora, ¿qué vas a hacer?
Vivir mis días con serenidad, con un poco de reproche por no haber hecho antes lo que al final he tenido que hacer. Si hubiese tenido una bola de cristal, habría visto que esta situación iba a degenerar, pero como nadie tiene una la bola de cristal para verlo, no tenía posibilidad de saberlo antes. Pero al margen de esto, te repito que he pasado por un periodo de soledad, de tristeza y de total abandono como quizás algún otro ha vivido ya antes: me refiero a ella, a Mia Martini, que se encontró en una situación aún más grave, porque no tuvo la fuerza o el valor o quizás amigos a su alrededor… Yo, por suerte, tengo buenos amigos, un padre que me quiere y que me ayuda, tengo una novia, tengo colaboradores que me animan y, personalmente, tengo la fuerza para llegar a combatir esta batalla hasta el final.
Mientras tanto, continúas de gira, ¿sientes cerca a tus fans?
El público me está acompañando de una manera espectacular. Recibo cartas de solidaridad, del tipo «si dejas de cantar, dejo de vivir…», pero siempre les respondo que no soy y no quiero ser la referencia de nadie. La vida se vive de acuerdo a las propias experiencias, a las propias convicciones, no se trata de hacer lo que te diga un cantante en una canción u otra. La gira la hago por estar junto a mis fans, porque desde el punto de vista humano emociona, independientemente de mi situación. Además, no es serio cancelar conciertos programados desde hace más de un año. Lo importante es que el público me quiere y es lo único real y puro que queda en un sistema que vive sólo del dinero, de los contratos, del negocio y de la política y que, a veces, incluso llega al punto del chantaje. Digo esto porque, cada vez es más frecuente, ver a chicos a firmar contratos con cláusulas abusivas. No me gusta este sistema y estoy cada vez más convencido de que, si las cosas no cambian, ni siquiera me plantearé volver a la música.
Entre los comentarios que los usuarios han escrito, hay uno que me ha llamado la atención especialmente, el de una muchacha que dice haberse cortado las venas apenas supo que dejabas la música. Dejando de lado la veracidad de sus palabras, te pedimos un mensaje para los fans que no consiguen aceptar tu adiós definitivo a la música.
Cuando se trata de algo personal cambia todo, no sé como reaccionaría si un fan me dijera «si no cantas más, me mato». Si dijese la verdad, probablemente me pondría a trabajar en un disco. Pero yo he tomado una decisión que no sólo sirve para defender mi dignidad, también para defender mi economía. Por tanto, creo tener derecho a tomar esta decisión, salvo que las cosas no cambien y me pidan perdón, -como ya te dije antes- ni siquiera públicamente, me basta con una invitación a cenar. Independientemente de esto, se suma el litigio con la casa discográfica y será un problema bastante molesto. Volviendo a mis fans, no sé cómo reaccionarán ante una circunstancia tan dramática. De todas formas, mi público es fuerte. Al igual que Ramazzotti o Renato Zero tienen muchísimos fans, mis fans te garantizo que son fuertes, son personas que vencerán contra mis detractores, porque tienen una fuerza, una sensibilidad y una seguridad dentro de su fragilidad, que te aseguro que es conmovedora, es una locura.
Fuente: Musicaitaliana.com – Paola de Simone