Libre.
Libre.
(Jesús Ruiz)
Te dejaré alzar el vuelo
como la última flecha del corazón.
Tú, que no tienes ni idea,
del amor que siento por ti.
Pero así es el destino y, sin nosotros,
deberás defenderte de las dudas que no tienes.
Escucharé esta mentira:
que estás harta de ser nuestra niña,
que quieres escalar la realidad
con la locura de tus veintiséis.
Pero busco el coraje para decirte que sí
y estrechando mi arco, yo,
te lanzaré así.
Hasta el centro de la vida
te faltaré, me faltarás
como a los ojos la sal de las lágrimas.
En ese amanecer desconocido
que vi también en mis sueños
pero que deberás alcanzar tú sola.
Te guiará nuestra idea:
que el amor es el cemento más duro
para construir una ciudad
que se hace a medida de nosotros.
Pero serán el coraje y tu fantasía
o la promesa de un ángel
los que te harán volar…
Hasta el centro de la vida
te faltaré, me faltarás
como al cielo el vuelo de las golondrinas.
En esa isla encantada
que vi también en mis sueños
pero que deberás alcanzar tú sola.
Y entonces vuela todo lo que puedas,
hazme al menos creer que será así,
porque así me ayudarás
a volver a encontrar esa isla contigo,
y hacer diana dentro de mí
y hacer diana dentro de mí
y después podrás decir que eres libre.
Hasta el centro de la vida
te faltaré, mi faltarás
como al viento el rebaño de las nubes.
En esa luna enamorada
que vi también en mis sueños
pero que deberás alcanzar tú sola.
Y entonces vuela todo lo que puedas,
hazme al menos creer que será así,
y que serás para siempre libre…